viernes, 11 de agosto de 2017

NUEVO INTENTO


Bosques urbanos para enfriar las ciudades
Tomado de la revista Ciencia
                    Josué Díaz Vázquez y Arturo  Curiel Ballesteros 
Foto de bosque formado  en curso de agua de lluvia, detrás de Colegio Juan XXIII Valencia  

  
 Ante los efectos adversos del cambio climático, los bosques urbanos y todas las áreas verdes que forman parte del paisaje citadino constituirán una medida estratégica que sin lugar a dudas podrá hacernos menos vulnerables como organismos, población o comunidad ante los escenarios de golpes de calor y disminución de agua a los que nos enfrentamos
Introducción. Si buscamos el significado de la expresión “cambio climático”, hallaremos una gran diversidad de definiciones que coinciden en que es la modificación del clima con respecto a la historia climática local o global, y en que dichos cambios pueden ser naturales o bien provocados por la actividad del ser humano, debido a la emisión de gases de efecto invernadero
   Este cambio en las características de temperatura global o local trae como resultado eventos extremos: sequías, tormentas y huracanes presentan mayor intensidad, hay un aumento de los niveles del mar, etcétera. A su vez, estos eventos provocan una gran variedad de problemas
 Hoy no es momento de dudar sobre si el problema existe o no, o si es natural o antropogénico (ocasionado por el ser humano), sino de pensar qué puede hacernos menos vulnerables como organismos, población o comunidad: cómo habitar una ciudad o un país con mayor resiliencia (capacidad de soportar una crisis y sobreponerse a ella)
. Se ha confirmado que el bienestar humano no se puede alcanzar aislado de la naturaleza. El bienestar es considerado como la resultante de contar con acceso a materiales básicos (como el agua), tener salud (resultante de una buena calidad de aire para respirar y una buena alimentación), contar con seguridad ante desastres (suelos de calidad para menguar sequías e inundaciones), disfrutar de buenas relaciones sociales (espacios de convivencia armónica) y libertad de elección y acción (posibilidad de elegir qué comer, dónde vacacionar).

 Bosques urbanos: enfriadores naturales Uno de los principales beneficios de los bosques urbanos y parques públicos es su capacidad de atenuar las altas temperaturas que se encuentran en las ciudades. En otras palabras, las plantas que habitan ahí tienen la capacidad de enfriar las islas de calor urbanas. Las formas de enfriamiento están relacionadas directamente con las hojas verdes de las plantas, que tienen un mayor efecto de reflejar la luz solar (albedo) que el asfalto y por ello ayudan a enfriar el ambiente,
 La mejor opción para regular inundaciones. Como parte de las dinámicas ambientales de algunas ciudades de México, las lluvias de temporal con frecuencia originan encharcamientos de gran intensidad, lo cual provoca inundaciones. Los bosques urbanos tienen una capacidad de infiltración (paso del agua de lluvia al suelo) muy significativa, que en promedio es de 60 centímetros por hora
Está comprobado que las áreas verdes tienen efectos directos en la salud: disminución de la obesidad, reducción en el estrés, amortiguamiento sonoro, baja de enfermedades cardiorrespiratorias, disminución de niveles de violencia e, inclusive, reducción de enfermedades mentales.
Bosques urbanos: filtros de aire Las actividades urbanas actuales presentan efectos negativos que influyen directamente en la calidad del aire. La contaminación atmosférica es uno de estos problemas que se dan principalmente en las grandes ciudades de México. Uno de los atributos de los bosques urbanos es su capacidad de tamizar y filtrar los componentes nocivos del aire
. La captura de dióxido de carbono y la liberación de oxígeno es un servicio ambiental de importancia global que prestan los ecosistemas, incluidos los bosques urbanos. Aunado a lo anterior, limpian de partículas suspendidas nocivas el aire. Algunos estudios marcan que un árbol tiene la capacidad de remover hasta 1.4 kg de contaminantes por hora.
Josué Díaz Vázquez es biólogo y estudiante de la Maestría en Ciencias de la Salud Ambiental de la Universidad de Guadalajara. joshuatri@gmail.com

 Arturo Curiel Ballesteros es doctor en ciencias biológicas, profesor-investigador del Departamento de Ciencias Ambientales del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad de Guadalajara, y profesor y miembro de la Junta Académica de la Maestría en Ciencias de la Salud Ambiental de la Universidad de Guadalajara. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores y coordinador de la Estrategia de Adaptación en el Plan Estatal de Acción ante el Cambio Climático para Jalisco
http://www.revistaciencia.amc.edu.mx/images/revista/63_4/PDF/BosquesUrbanos.pdf


 Foto del bosque ubicado al pie del cerro El Trigal en orilla norte de calle Autocinema. Valencia